
En esta oportunidad me doy una licencia como @chica_netflix y les voy a recomendar Bohemian Rhapsody, una película que aún pueden ver en el cine o ya en las redes. Se trata de la vida de una de las mejores voces que existió: Freddy Mercury. Tendría que inventarles fallas si quiero criticar algo porque realmente está boipic es perfecta.
Desde el minuto uno es imposible no empatizar con el personaje del cantante, brillantemente interpretado por Rami Malek que se preparó mucho tiempo para copiar cada gesto y usar la prótesis que le permitía el parecido con la boca de este genio que nació con cuatro incisivos extra lo que se cree le permitía lograr 4 octavos con su voz inolvidable.
La película no apuesta a los golpes bajos pero la emoción se mantiene siempre y es imposible contener las lágrimas. Yo lloré con toda la pasión y amor que me transmitió. Chapeau al guionista y director.
Un paquistaní extrafalario en Inglaterra, una «reina histérica», la voz perfecta, el espíritu indomable, la tristeza de muchos rechazos por su aspecto y traiciones, el amor de su vida: Mary, a quien le dedicó Love of muy life y la confesión que tanto le costó: soy gay y tengo Sida. Hasta su último amor: Jim. Su vida iba tras las palabras de su padre: Buenos pensamientos, buenas palabras, buenas acciones. Lo logró!
Con esta película no solo vibrarás al ritmo de We Will Rock You o Another One Bites The Dust, también descubrirás varias lecciones de vida. Freddie tuvo una vida intensa, pero siempre la vivió con una meta clara: ser auténtico.
Maravillosa, emotiva, excelentemente bien filmada, muy cuidada, con su música marcando las etapas y un final de esos que sólo tienen las grandes películas. Ganadora del Golden Globe a Mejor Película y Mejor Actor; ahora va camino al Oscar y se lo merece. Gracias Freddy donde estés!
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